Dia en la ciudad

Aun era de noche cuando la garganta se abrio en los cielos dejando caer el cuerpo del espada Kojiro Sasaki; observo la ciudad desde lo alto de un edificio durante unos minutos en los cuales el sol comenzo a asomar por el horizonte bañando de un fulgor naranja los penumbrosos callejones y los robustos edificios. Como una estela blanca el cuerpo del espada salio disparado... avanzaba sin detenerse dando saltos sucesivos solo parando en algunos edificios los cuales inspeccionaba con detenimiento, tales como el hospital, algunos hoteles y escuelas ademas de los bloques de oficinas del centro de la ciudad... horas y horas en aquel recorrido que finalizo en el mismo punto de inicio cuando el solo se ocultaba en el horizonte tapados por los cumulos de nubes que durante el dia fueron tomando el cielo. Una fria lluvia callo sobre el arrancar que se habia desplomado sobre el techo totalmente extendido agotado por su ultimo recorrido, sus ojos se cerraron y su energia disminuyo, como si nunca hubiese estado ahi.

la puerta que se dirigia a la azotea en aquel edificio se abrio con un chillido tetrico, de ésta unos pasos se escucharon salir, la silueta femenina de una " persona se asomaba" dirigiendose hacia donde se habia desplomado el arrancar

era nadamenos que Kibanja, en un cuerpo falso, sus manos en su saco negro, su piernas vestidas en un pantalon azul marino y una plalyera de cuello morado asomandose por la abertura del saco, cualquiera pensaria que se trataba de una mujer màs, pero se equivocaban

- entonces si eras tu...Kojiro, al fin nos vemos de nuevo - hablo a unos cunatos pasos de distancia de su compañero

El cuerpo del espada se alzo con lentitud al oir el chirriar de la oxidada puerta que daba a la azotea de aquel edificio, por momentos le costo reconocer en aquella figura a su compañera recientemente ascendida a primer espada. Solo avanzo un paso antes de sentir un entumesimiento en sus piernas.
-Paso algun tiempo... Kibanja-

lo miro de pies a cabeza antes de hablar
- que ha ocurrido? seguro tienes mucho que contar, pasaste mucho tiempo ausente -

-Tube que hacer muchas cosas este tiempo, Aizen me dio algunos materiales para hacer algo nuevo que creo que les sera de ayuda cuando pase lo inevitable...-
miro unos segundos hacia abajo inspeccionandose a si mismo notando que sus ropas seguian algo desgarradas; su uniforme de arrancar presentaba las manchas de sangre que su compañera le habia dejado la ultima vez que se encontraron hacia ya un tiempo lo que le causo una diversion en sierto sentido.
-Felicidades... eres la primera ahora-

cerro los ojos por un momento dejando salir una bocanada de aire, se acerco a la orilla del edificio abriendo sus ojos para obcervar el dia

- despues de tantos movimientos y acuerdos... no fue facil, despues de todo aun siguen habiendo asperezas con los otros dos, aunque ahora puedo verlos màs de cerca -

volteo nuevamente a Kojiro

- cual es el az bajo la manga? -

Con lentitud se coloco al lado de Kibanja, metio su mano en el bolsillo sacando un pequeño aparato el cual Aizen le habia dado antes, habia sido modificado por el espada... su mano izquierda tomo la mano de su compañera y la derecha dejo sobre ella el pequeño objeto.
-Aizen sabe como usarlo... pero tu debes cuidarlo hasta que sea el momento de usarla...-
Alejandose un paso volvio su mirada a la ciudad guardando silencio para luego hablar con tranquilidad acostumbrada.
-Abandone todo lo que creia... para ayudar a Aizen... se lo debia-

miro unos instantes el objeto en su mano con disimulada curiosidad " esto es en lo que ha estado trabajando..."

- espero no te equivoques al dejarlo en mi custodia -
cerro la mano con el objeto al mismo tiempo que cerraba sus acuamarinos ojos, concentro su nivel espiritual liberandolo, volviendo a su original forma de Arrancar, su pedazo de mascara de vuelta a su cabeza, la marca purpura en su ojo, sus ropas blancas inmaculadas

- y ahora que haras exactanete ya que has cumplido con tu meta, si renunciaste a todo lo demàs, que es lo que queda ahora? -

-No estoy seguro... pero no tienen que preocuparse, despues de tanto tiempo del lado de los arrancar no me ire al otro lado-
sus manos se apoyaron sobre el barandal del edificio obserbando la silenciosa ciudad mientras la lluvia fina caia sobre ambos espadas limpiando las manchas de sangre que cubrian la mejilla del palido arrancar.
-Solamente dime si nesecitan mi ayuda con algo... hare lo que este a mi alcanze-

- es màs que obvio que necesitaremos toda la ayuda posible para que el plan de Aizen se logre con exito, asi como nosotros no estamos preparando, ellos tambien estan tomando sus medidas - su tono de voz era màs severo, el cambio de nivel dentro de las Espadas le habian hecho ser mucho màs dura e inflexible

se giro un poco hacia el pleiblanco - exactamente que hace esto?, tiene algo que ver con tu zampakuto? - pregunto mientras dirigia su mirada a ambas espadas que colgaban de su cinto, ambas unidas por la tela azul que le habia dado Kojiro

-No tienen con que amenazarnos... se preocupan demasiado, debes saber donde apretar, con que atacar... estamos en guerra-
sus manos presionaron con fuerza las barras metalicas del barandal produciendo un leve chirrido, su mirada siempre fija en la ciudad en ningun momento regreso a su compañera.
-Aunque digan lo contrario nostros tenemos las de ganar-

- en ningun momento dije lo contrario, pero no esta de màs prevenir cualquier cosa, ahora que Neliel esta con ellos, n hay que descartar la posibilidad de que tengan alguna sorpresa - comento dandose cuenta de como evitaba su ultima pregunta

-humm... cierto, pero desde el principio supuse que las cosas terminarian con Neliel del lado de los shinigamis-
sus ojos giraron hacia su compañera, luego fijandose en su cintura donde aun mantenia ambas zampakutos enbainadas juntas con la seda azul que antaño cubria su empuñadura.
-La nodachi es la "bateria" para los caballeros-
dijo pausadamente como midiendo sus palabras al volver su mirada hacia el rostro de la arrancar.

- es una lastima...por Nel- alzando una ceja volteando a la mojada ciudad
guardo silencio comprendiendo a lo que se referia asintiendo levemente

- que hay con el asutno de Hao?, podras moverte libremente ahora? -

-Eso ya no importa mucho... se desatara la guerra, muchos moriran para alcanzar el objetivo de Aizen... que representa un cuerpo mas entre los simientos?-
Su voz sonaba tranquila antes de guardar un profundo silencio acompañado de la caida de las gotas sobre la ciudad, el espada alzo la mano frente a el como para sentir las frias gotas de lluvia deslizarse por su mano, pero no podia, en ocaciones su piel no le permitia sentir nada, su mano se cerro y ambas se metieron en los bolsillos de su descuidada ropa.

obcervo sus mobvimientos de reojo, tambien notaba como su propio uniforme empesaba a empaparse, aunque no le molestase, en Hueco Mundo jamàs llovía.
permanecio callada, de cierta manera al precensia de aquel Espada la tranquilizaba màs, era de esas pocas ocasiones en las que no debia estar todo el tiempo a la defensiva a diferencia de sus otros hermanos Espadas.

Simplemente guardo silencio dejando que solo el sonido de la lluvia interrumpiese la quietud de esa noche; el espada miro solo unos pocos segundos a su compañera como si no tuviese mas que decirle... durante varios minutos se mantuvo aquel silencio antes de que la voz del pálido arrancar lo interrumpiese con una pregunta.
-Kibanja... no quiero saber cual es... pero crees que alcanzaras tu objetivo?-

cerro los ojos levantando su rostro hacia el cielo, sintiendo las gotas de lluvia sobre su rostro

- claro... no descansaré hasta obtenerlo - dijo con una voz calmada y hasta calida, extraño en la primera espada que solia ser siempre fria e inexpresiva

Sonrió ligeramente al oir las palabras de su compañera; a pesar del tiempo en que ambos se conocian y de que habia sido una de las pocas personas, sino la unica en la que confiaba nunca habia preguntado cual era su objetivo, tampoco lo haria, no nesecitaba saberlo.

agachó lentamente el rostro dejando desliarse màs el agua en su cara abriendo los ojos mirnado a Kojiro
- volveras a desaparecer cierto? - se estaba haciendo una costumbre, cada que lo veia, pasaba un peridodo largo de tiempo en que èl estaba lejos

-No debería hacerlo, como están las cosas ahora no deberia irme; ademas ya no tengo razon para estar lejos supongo que seguire ayudandolos mientras pueda-
llevo su mano hasta su mejilla como un reflejo, el agua removía la sangre que brotaba , estos ultimos dias sus heridas sangraban cada vez mas a menudo. Se alejo del borde de la edificación pero sin apartarse de su compañera.

lo siguió con la mirada guardando silencio viendo su herida, siemprre le habia inquietado saber sobre ésta, pero jamas preguntaba, cuando él quisiera, hablaria.

- espero que asi sea - se volteo de frente a Kijiro recargando sus codos en el barandal de la azotea - seria un placer pelear a tu lado y ganar esta guerra -

-Seguir con esta guerra... nadie vera las consecuencias hasta que sea tarde...-
volvio a guardar silencio y se coloco al lado de la primera espada observando a la ciudad... cuantas personas que no merecen el destino que les llegara tendran que morir...
-No me hagas caso... a veces no pienso antes de hablar-

- es una cualidad que no habia notado en ti - hizo notar con la mirada fija en los otros edificios de atraz - ademàs, es un riesgo que se debe tomar...- seguia dandole la espalda a la ciudad que hace momentos veia mojarse

- solo ve ahora, estamos en plena ciudad, y ningun shinigami ha veindo a intesigarnos...pateticos-

-porque deberian venir...? acaso solo por existir los shinigamis tienen derecho a venir y atacarnos...? solo porque desidimos ayudar a Aizen somos "malos"? hasta ahora ningun shinigami a venido y me ha dado una razon; como pueden asegurarme ellos que nosotros somos quienes hacemos "mal"?-
su voz se mantenia calma pero sus manos se apoyaron sobre el barandal presionandolo con fuerza sintiendo como bajo las palmas de sus manos el metal se doblaba.
-Esta bien... he matado personas... pero esto es una guerra-
el metal del barandal se comprimio notoriamente bajo las manos del espada que solo se quedo en silencio.