Misión rango bajo

Gaara había llegado a la entrada de la puerta norte, aunque aún estaba en la parte del Seretei. El día era nublado y ventoso y su túnica blanca que le cubría todo el cuerpo ondulaba suavemente al mismo ritmo que el aire. Era un día quizás triste, pero era de la clase de días que a Gaara le gustaban aunque él personalmente prefería la lluvía, lo que más odiaba era el sol, quizás por la alegría que se desprendía en esos días.

Gaara estaba en la puerta nombre solamente por una única razón; debía cumplir una misión que era ayudar a vigilar esa puerta pues había habido ceirtos disturbios y se tenían que mantener a raya, aunque Gaara realmente estaba extrañado, pues al lado de las puertas se encontraba ni más ni menos que el primer distrito que a la vez era el más calamado de todo el Rukongai.

Gaara se acercó serio y frió como era él, y la puerta se abrió lentamente dejando entreber poco a poco el pequeño cuerpo del shinigami de ropas blancas...

La puerta se abrió lo suficiente para que Gaara pudiera salir al fin del hogar de los Shinigamis, también conocido como el Seretei; un lugar espectacular.

El joven shinigami hizó pocos pasos y salió haciendo así que la puerta se cerrara, y allí un gigante se encontraba; era uno de los guardianes cuyo nombre Gaara nunca se había molestado en aprender pues quizás era un poco egoista pero solo le importaba su poder y como ir consiguiendo más; y sabía que por el momento solo se podía conseguir haciendo misiones cada vez más complicadas...

El aire que se respiraba era extraño, era un poco tenso; y era extraño porque se encontraban en el mejor distrito de todo el Rukongai, un sitio dónde nunca pasaba nada "interesante"...

El gigante se giró mirando al muchacho y empezó a reirse...

JAJAJAJA! Era una voz grave y estridente, además su potencia no era normal, o eso consideraba Gaara quien le encantaba el silencio... Este pezecillo es el que han enviado los Shinigamis??? Por eso mejor no enviar nada JAJAJA

Entonces Gaara giró su vista hacía los ojos del gigante; Gaara expresaba un odia y una sed de sangre muy superior al de una persona normal; y su mirada era penetrante e intimidatoria; incluso para un gigante quien se quedo blanco de golpe mientras una pequeña gota de un sudor helada recorría su mejílla derecha...

De repente un ruido extraño hizo acto de presencia; y de detrás de unos árboles salieron 3 personas vestidas con unas ropas más bien viejas; era una situación fácil, tres ladrones de un distrito de menor clase había conseguido llegar al 1er distrito solo por robar ciertas cosas; y a pesar de que eran simples ladrones la rabia y sed de sangre consumía a ese Shinigami.

Los tres vieron a Gaara allí palplantado y armados de valor y con un tono de superioridad empezó...

Y tu enano quién eres eeeh? Que pasa quieres morir? Vete a llorar con tu madree!

La mirada de Gaara se fijó en ese charlatán mientras que sus compañeros se burlaban del comentario... Y con un veloz shunpo Gaara desapareció y clavó su Zanpakutoh en el estómago del ladrón haciendo que la sangre salpicara en la blanca capa del Shinigami

Gaara Kazekage del 7º Escuadrón; estoy aquí para acabar con vosotros...

Una voz tranquila salió de los labios de Gaara, era una vez que inspiraba temor y rabia a la vez; incluso se podia notar que llevaba detrás de si un enorme dolor...

Entonces el ladrón apuñalado cayó muerto en el suelo y sus dos compañeros aterrados empezaron a correr...

De un shunpo Gaara se pusó delante del que se encontraba más cerca de su alcance y con un movimento giratorio le rebano de un corte la cabeza haciendo que esta saliera disparada hacía al aire sin un rumbo fijo; eso aterrorizó más al único superviviente quién aún estaba a varios metros.

Gaara levantó su cuerpo como si de un muerto que volvia a la vida se trataba y sin mirar lanzó su Zanpakutoh con una ira inusual; esta acabó incrustada en el craneo del último ladrón.

Cuando Gaara alcanzó el lugar dónde se encontraba tirada al suelo la Zanpakutoh no había más que unas gotas de sangre, pues los cuerpo ya se habían convertido en partículas que formarían parte eternamente de la SS. Entonces Gaara cogió su Zanpakutoh y la guardó de nuevo y regresando hacia la puerta pensaba...

Si no os hubieras reido de mi seguiriais con vida... o tal vez nooo? mientras una pequeña sonrísa se le dibujaba en el rostro y al pasar por el lado del gigante de nuevo le dijo

Hasta otra amigo... Y el gigante solo se quedó expectante de tanto sangriento espectáculo; pues a pesar de que su nivel era el de un Teniente no entendía como un chaval podía contener tanta ira en su propio cuerpo; y de seguro nque no olvidaria a ese personaje de mirada fría y tenebre