Antes del asalto

El pálido espada se encontraba frente a una de las ventanas del ciclopeo palacio, no sabia a cuantos pisos exactamente, el desierto se veía a lo lejos tan vació y aburrido como el primer día que llego... nunca cambiaba nada, el aburrimiento de una vida condenada al servicio de Aizen. Pero eso era antes, antes de que fuera convocado a la reunión que informaba el momento que todo cambiaría... por fin iniciaría la batalla esperada contra la sociedad de almas y tal vez solo por un momento encuentre en esa batalla algo que lo impulse a seguir luchando o un enemigo suficientemente fuerte como para darle una lucha inolvidable. Pero inmediatamente aparto aquellos pensamientos de su cabeza, no quería que la ansiedad se apoderada de él, estaba allí esperando a su fracción... la habían derivado a un grupo distinto y eso podría complicar muchas cosas.

Caminaba lentamente por los pasillos hasta que logre divisar la figura de Tercer Espada, apresure mis pasos.

-Disculpe la demora, señor-dije inclinando levemente la cabeza en señal de respeto.

-¿En que puedo servirle?-dije.

Levante levemente la cabeza para mirar al Espada.

-En ese caso señor, estaria encantada de sacrificar mi vida por usted-dije.

-Y si usted lo prefiere me basta solo una orden para acabar con todos ellos.

-Porque vos sois mi señor y yo fui creada para serviros, señor-dije sin cambiar la expresion de mi rostro.

-A sus ordenes, señor-dije inclinandome ante él.

-Hare todo lo posible para que se sienta orgulloso de mi, señor.

Mire fijamente al Espada.

-Lo que usted ordene, señor-dije desenvainando lentamente mi zanpakutoh. Con el uso del sonido me coloque detras de la espalda del espada intentando hacer un corte orizontal en su espalda.

Colocando mis pies por delane pise fuerte el muro impulsandome hacia el Espada, lance mi zapakutoh hacia el pecho del Espada, después usando sonido me coloque encima de él y extendi mi mano mientras una esfera de color rojizo se formaba en ella.

-Zero-susurre mientras la rafaga salia directa hacia el Espada.

Me aparte velozmente y cogi mi zapakutoh.

Volvi a extender mi mano.

-Bala-murmure pero...no se quedaria solo en uno.

-Bala,bala,bala,bala-lance un sucesion de Balas directas al Espada mientras que al acabar de lanzar el último con ayuda del sonido apareci a su lado dirigiendo la punta de mi zapakutoh a su costado.

Paré el golpe con mi mano y agarre con fuerza la del Espada, di un pequeño saldo sosteniendome en su mano para darle una patada en el rostro.

-Espero poder cumplir sus expectativas mi señor-dije haciendo una reverencia con sumo respeto.

-Y deseo que su combate acabe a su favor aunque eso ya esta claro.

Siempre estare para lo que usted ordene mi señor, aunque tenga que sacrificar mi vida, si es por vos lo hare con sumo gusto-volvi a inclinar levemente mi rostro.

-Perdoneme...señor...no era mi intencion molestarle-dije

-Señor siempre os sere leal hasta por encima de mismisimo Aizen-sama-dije con profunda seriedad.