Siguiendo mi Camino [Libre]

Caminaba lentamente, vestida con mi uniforme de Shinigami, Kuroshinshi envainado en mi cinturón, miraba a mi alrededor, mientras notaba como todos giraban a verme, seguramente con su atención fija en mis ojos, o en esas marcas de mi rostro... Je, siempre es lo mismo en estos lugares, mi rostro es lo más llamativo que hay. No se que le ven de llamativo... Jajajaja, ¿y a mi me dicen enferma? Jajaja...

De nuevo me encontraba en este lugar... Estaba entrando a la Arena de entrenamiento, veía rostros conocidos, otra vez estaba aqui, pero sentía como si fuera la primera vez. Podía ver expresiones asustadas a mi alrededor, una sonrisa malévola y cruzada apareció en mis labios, siempre que entraba aqui notaba que todos sentían el aura oscura que me identificaba, no me importaba en lo más mínimo, siempre era lo mismo...
...
Sangre... Oscuridad...
...
Siempre lo mismo...

Me acerqué a la arena con lentitud, mirando a mi alrededor... Estaba de pie en el centro, empezé a mirar a los shinigamis a mi alrededor, rasos en su mayoría, como yo, pero que seguramente no tendrían mis aspiraciones... Jaja, ¿quién las tendría? Nadie tiene el valor de traer en un plato la cabeza de Aizen... Son todos unos completos cobardes...

Iba mirando a todos, haciéndoles señas desde la arena de que se acercaran, pero varios ya me conocían, se alejaban con velocidad apenas me veían, esto era increíble...

-¡Por todos los cielos! ¿Es que nadie se anima a subir aquí? ¡No sean cobardes! ¡Soy una Shinigami Raso, como ustedes! ¡Ni que fuera un espada Arrancar!

Como de costumbre me encontraba debajo del arbol de cerezo que tanto me identifica. No solo me pasaba todo mi tiempo en este lugar, tambien entreno mi concentración y cada día manejo mas facil mi reaitsu hasta el maximo. Derrepente una nueva presecia que nunca antes había notado en lo que llevo en el sereitei, apareció justamente en el coliseo. El arbol estaba a unos metros del coliseo por lo que facilmente podía llegar allí en un segundo. Nuevamente me volví a concentrar, y retomé el control espiritual, mientras sacaba mi tazon de Sake y lo llenaba nuevamente con mi bebida purificadora.
Al cabo del tiempo la gente empezaba a irse, lo veía muy bien desde aqui. Unos pocos quedaban y el reiatsu que entró hace poco aún se encontraba allí. En verdad era algo raro, no se encontraba peleando la verdad, ya que su reaitsu no cambiaba en absoluto. De algo estaba seguro, algo estaba pasando, algo estaba aullentando a los shinigamis que se esforzaban en entrenar.

-Que dices Shunsui... ¿Debería ir?-

Me preguntaba a mi mismo como un idiota, mientras me acomodaba mi sombrero de paja y lo colocaba bien para cubrir mis ojos; luego empecé a caminar y escuche porfin la voz de la arrancar, que resultó ser una mujer, pero una con unos razgos muy peculiares en sus ojos y algo emocionada por la batalla. Era ella la que provocaba que todos se fueran, ya que supuestamente daba miedo suficiente para aterrorizar a estas almas en pena.

-Lo siento.. señorita.. Nunca la he visto por aquí, ¿Quien es usted?-

Le preugnte con inprudencia y sin siquiera presentarme ante la shinigami.

Me encontraba demasiado absorta mirando en forma retadora a los demás shinigamis, que no noté que había otro reiatsu de Shinigami nuevo hasta que este se acercó un poco más a mi. Antes de que se pusiera a mi lado, me giré y lo pude ver: Lo primero que distinguí, y admito, hizo llamar mi atención como un excelente contrincante fue el ver su Haori de Taicho... Esto pintaba para ser algo bueno; luego, pude notar su sombrero de paja, el cual cubría sus ojos, que tenía cabellos negros, el uniforme de Shinigami bajo el haori, y su piel de la tez morena clara, la más normal...

Noté qué él también fijó su vista en mis ojos, era obvio, eran totalmente extraños, feh, siempre es lo mismo en estos lugares, nadie puede mirar otra cosa que no sea lo rara que soy por poseer estas marcas y mis ojos en dos colores distintos... Jajaja, tal vez podría sacar provecho de haber llamado su atención, de una forma u otra lograría algo, de eso estaba segura.

Me dijo ¿Señorita? ¿Qué rayos es eso? ¿Señorita, yo? Jaja... ¡Eso no pudo resultarme más cómico! Pero sin embargo, mantuve la expresión serena frente a él, cambiante a la de recién, ya que yo misma era una persona cambiante, pero igualmente tenía respeto por mis superiores, como había mencionado antes... Me dijo que no me había visto antes por aqui, yo tampoco lo había visto a él en realidad, asi que no era algo de que sorprenderse.

-Alice Evans, Shinigami del 1er Escuadrón.- dije, girando a verlo, y dando la espalda a los Shinigamis a los que anteriormente les estuve hablando -Buenas tardes, perdón el no saludar... Y por cierto, intúo que usted debe de ser un Taicho, el del 8vo escuadrón, si no estoy mal ¿No es así?

El día soleado era simbolo de buenos hábitos en el lugar. Esta chica en verdad me inpactaba y me parecía o muy divertida o muy encantadora, aunque también podría llegar a ser mi personalidad de "mujeriego" de la que todos hablan. Poco después de haber recibido al nuevo shinigami raso y por lo tanto mi aprendís, Cross Marian, llegé a este lugar con la intención de descansar y dejar el papeleo y mis costumbres a un lado. Ahora que veo a esta chica, me doy cuenta que es imposible y que no importa la edad o el tamaño.
Su nombre era Alice y estaba en el escuadrón del viejo capitan general, cosa que me agradaba mucho y no me disgustaba para nada. Luego acertó con su intento de saber quien era yo, al parecer tambien era inteligente, un punto mas a favor.

-Estas en lo cierto. Mi nombre es Kyoraku Shunsui. Es un placer.-

Sonreí en cuanto lo escuché hablar, a pesar de ser un Taicho, parecía ser una persona bastante calmada, a comparación de algunos otros, pero no tenía mucho que pensar acerca de los demás Taichos, yo misma quería ser un Taicho, pero tenía que entrenar si quería llegar a ese puesto; precisamente para eso había venido aquí, para entrenar y encontrar el camino a ser la mejor, y poder vencer a todos los enemigos de la Sociedad de Almas, pero aún me faltaba mucho camino por recorrer... y para peor, estos Shinigamis cobardes no me ayudaban.

-Vine a entrenar un poco, busco mejorar para subir de puesto y llegar a poder ser de los mejores shinigamis de la Sociedad de Almas.- dije, simplemente. -Pero estos Shinigamis no son capaces de ayudarme a entrenar... por miedo.

Mis kidos no eran tan fuertes... ¡Vamos, ni que fuera un Espada! Admito que el aura del campo se ponía un poco negra si yo estaba, ¡pero no era nada más que eso!

Dando un giro vi que ya nadie se encontraba en esta area de entrenamiento, y creo saber porque. Me gustaría mucho ayudar a entrenar a esta chica, despues de lo que me dijo acerca de la reaccion de lo shinigamis cuando ella estaba presente. Me daba un poco de lastima, se veia fuerte y no creia que fuera un rival facil, y lo demostraba gracias a esto.
Me quite mi sombrero de paja y mi kimono rosa, los acomodé en un rincón alejandome de la chica y me devolví al lugar donde estaba dicha shinigami. Siempre me quito mi kimono rosa antes de pelear ya que lo quiero con toda mi alma.

-Bien Alice. ¿Quisieras entrenar conmigo? Estoy practicamente listo, tu decides si quieres pelear con katanas de filo o espadas de madera comunes y corrientes.-

Le dije, ya que era obvio que elejiria las espadas de madera, hasta ahora no he visto un entrenamiento sin ese metodo de pelea y ese equipamiento tan básico. A no ser de que sea un entrenamiento en capitanes es algo muy extraño ver algo asi.

Podía notar que aún así, ningún Shinigami parecía tener el valor de querer pelear conmigo, cosa que me desilucionó, pero igualmente, quería ser yo la que trajera la cabeza de Aizen Sousuke en un platillo de coctel... ¡Y lo lograría! Jajajajaja... ¡Algún día lo lograría!

Enseguida noté con curiosidad que se quitaba su sombrero de paja y su kimono color rosa, que me había resultado bastante llamativo, y me había recordado mucho a los árboles de cerezo, la verdad. Entonces, volvió a donde yo estaba, y me preguntó si me gustaría entrenar con él. Una sonrisa emocionada apareció en mis labios ¡Yo! ¡Yo, Alice Black Soul Evans, pelearía contra un Taicho! ¡Estupendo! Aunque a pesar de que por dentro quería saltar, por fuera me mantuve calmada como estaba recién.

-Sería un honor, Kyoraku-Taicho.- dije, aceptando su proposición a entrenar -Y, como es lógico, es preferible pelear con las espadas de madera, ya que, como sabe, aún soy un Shinigami Raso y no estoy al nivel de un Taicho.

Tenía a Kuroshinshi envainado en mi cinturón, el cual ahora me estaba criticando por no pelear con él... No le di importancia, solo quería ser mas fuerte, porque esa... es mi misión.

Me alegré al ver su expresión, ojala podamos ser buenos amigos y nos llevemos bien. Rapidamente dió la respuesta de las espdas de madera, cosa que me alivio, ya que la chica aún era un Shinigami Raso y no quería herirla. Inmediatamente con un shumpo a nivel de capitán fui y volvi, en cuanto me paré nuevamente a donde estaba Alice tenía ya dos espadas en mi mano, porque si usaba la tecnica Niitouryuu que tanto me gusta este entrenamiento acabaría en una batalla muy fuerte.
Le entregé una de las espadas y yo sostuve la otra, sin desenvainar a Katen Kyokotsu la cúal misteriosamente estaba jugando cartas en mi mundo interior. Me dispuse a atacar primero, pero me pareció una falta de respeto ante Alice-san, y le dije.

-Bueno, Alice-san. Espero que uses una espada, ya que solo traje dos, jeje. Aunque no te preocupes puedo ir por otra.. ah y... Tu empiezas atacando.-

Le dije con una sonrisa en mi cara y flexionandome lentamente para calentar, cosa que normalmente no suelo hacer.

No podía ocultar mi felicidad, ni siquiera terminaba de creerlo... ¡Yo! ¡Es decir, yo! ¡Yo, Alice Evans, entrenaría con un Taicho! ¡Y no solo eso, el Taicho del 8º escuadrón! Ese era uno de los escuadrones que yo más respetaba... ¡Me sentía muy feliz! Si seguía así, algún día llegaría a tener la esperanza de ser el Taicho de mi escuadrón... ¡Era solo cuestión de tiempo! Lo haría, entrenaría, hasta lograr ser la Shinigami más fuerte de la Sociedad de Almas.

Inmediatamente, vi que se acercó a sus cosas con un Shumpo a nivel de capitán; me sorprendí por la velocidad, y a la vez me ilusioné de pensar que algún día llegaría a tener ese nivel... Esperaba, era la mayor ilusión que tenía, ser Taicho de mi escuadrón sería un gran honor... No cualquiera llega a ser Capitán comandante, y esa es mi esperanza, poder suplantar al conocido Capitán Yamamoto cuando él ya no esté.

Entonces, con otro shumpo, volvió a acercarse a mi en un abrir y cerrar de ojos. Ahora, con dos espadas de madera en las manos. Me entregó una y él sostuvo la otra, asi que yo también me preparé para empezar el entrenamiento. Kuroshinshi me criticó un rato el que no iba a usarlo, pero al final se rindió y se sentó en la banqueta de su mundo interior, y noté que irónicamente se puso a practicar peleas él solo. Se me hizo raro, pero no le di más importancia y escuché a Kyoraku-Taicho, me dijo que solo trajo dos, asentí con una sonrisa, no importaba, estaría bien, y me dijo que empezaba atacando... Mm, a ver, intentaré.

-Con gusto, Taicho.

No añadí más y usé un shumpo para ir directo hacia él, pero luego me desvié a la izquierda, y luego hacia atrás, preparando la espada de madera para intentar golpearlo por la espalda, sin irme a nada más serio todavía.

Pues la chica ante todo era muy simpática y disciplinada. En verdad, podría llegar a tener futuro y uno muy bueno, ahora que decidió tomar la espada de madera estabamos listos para empezar el entrenamiento. Mientras la soledad del coliseo nos invadia, sentía un viento muy aterrador, como si el aura negra que creaba la chiquilla fuera la que probocara aquello. Inmediatamente esta sonrió y vino hacia mi rapidamente para efectuar su primer ataque, dando un movimiento muy extraño pero veloz para quedar a mi espalda y atacarme como un leve calentamiento.

El movimiento era rápido pero aún podía ver atraves de él y logré esquivarlo tirandome hacia atras. Luego de esta maniobra, salte hacia atras para recuperar la postura y pensar mi movimiento. Ya tenía mas o menos una táctica planeada y decidí correr hacia ella para luego quedar al frente de ella y moviendome en Zig Zag, desapareciendo cada vez que daba un paso. En cuanto la tube al frente, intenté tomarla por la cintura y lanzarla para arriba a volar un poco.

Reí ante mi enbarrasosa escena pero me parecía tan adorable que no podía resistirme en hacer eso, por otro lado, sabía que ella venía a entrenar y no a jugar juegos tan tontos. Me puse serio y esperé que diera su movimiento.

Tenía que resaltar algo que siempre me había caracterizado, y era el aprovechar las distracciones de mis rivales y mis enemigos... Y siempre utilizarlas a mi favor. Mis compañeros lo veían como un gran don, mis rivales como otra de las cosas que peligrosa me hacían. El aura negra me rodeó apenas decidí empezar a atacar, a pesar de que Kuroshinshi no pelearía conmigo, su aura se hacía presente, más ahora que lo sentía a mi lado aunque no fuera a usarlo... Pero mi Zampakutoh yo se que me fue fiel. Siempre.

No fue un ataque bueno, es más, fue una simple estupidez, lo esquivó con facilidad; yo también lo habría hecho, era algo bastante sencillo. Lo vi correr hacia mi y luego ir en Zig Zag, desapareciendo al dar cada paso. Había visto tácticas parecidas, las conocía, y creo que ya tenía una idea de que hacer; fui yendo hacia atrás, aunque aún mirando al frente, usando Shumpos y cuidando no tropezar, cuando lo tuve enfrente mío y no tuve tiempo a nada más... aunque me quedé de piedra al sentir sus manos en mi cintura y quedar elevada en el aire.

Pero la sorpresa se me fue en menos de dos segundos. Entrecerré los ojos, esbocé una oscura sonrisa, mis ojos se oscurecieron levemente. Aún mientas me tenía sujeta en el aire, extendí mi brazo derecho al aire, con la espada en la mano, y...

-33 Sōkatsui (Cataratas de Fuego Índigo)

Me solté de su agarre, dando un mortal hacia atrás en el aire, mientras el kido impactaba contra él. Me puse en pie, corrí de nuevo hacia él con un shumpo, quedando tras él y dando un fuerte golpe contra su espalda con la espada de madera.

Spoiler:

En mi movimiento eprfecto y super espectacular intenté lanzarla hacia arriba como una simple niña y hacerla volar por los aires, pero algo me parecía extraño en ella, pues ya no sentía su reiatsu simplemente, también sentía un aura que le cubría y en alguna razón logró pillarme en mi movimiento y lograr encontrar mi punto debil. En cuanto la sostenía en el aire esta logró safarse y lanzarme un kidou, en este caso Soukatsui.

Era un Kidou bastante poderoso, por lo que decidí darle un poco de su propia medicina y lanzarle un kidou muchisimo mas poderoso para lograr una tremenda explosión arrasada por este. Pronuncié las mismas palabras que había recitado mi maestro antes de derrotar aquel hollow que intentaba asesinarme.

-Hadou no 63.. Sōren Sōkatsui. (Loto Gemelo de las Cataratas de Fuego Índigo)-

Aunque el ataque fuera tan poderoso, estaba seguro que la chiquilla no dejaría su ataque ahí, por lo que no me contuve y dejé que la explosión diera un gran espectaculo. Rapidamente sentí el reiatsu de Alice detras mio intentando atacarme con la espada de madera. En ese momento alcé mi mano con firmeza y paré el golpe con mi antebrazo. Aguantandome el dolor, sonreí a la shinigami algo frustrado e hice al lado su espada de madera para prepararme y contraatacar a su cuerpo con mi espada.

Con un ataque demasiado rápido, pero muy debil, intenté darle un golpecito a su cabeza como si fuera broma e intentando parecerme bastante al juego de darle al topo con un martillo.

Apreté los dientes y fruncí el ceño al ver que mi kidoh no había hecho efecto mayor contra él, a mi lado, Kuroshinshi me insistía e insistía de que lo usara, que sería mucho más interesante, pero por primera vez no le hize caso y me dispuse a continuar mis ataques.

-Diablos, Ku...

Al dar el golpe a su espalda, lo bloqueó con el antebrazo, en ese momento, mi expresión molesta se hizo más obvia y mis ojos se oscurecieron... Esto estaba yendo a los extremos, un golpe como mínimo tenía que acertar. Lo vi tratar de golpear mi cabeza con la espada de madera, sin embargo, logré bloquear su ataque, chocando su espada con la mía, mientras se visualizaba una sonrisa en mi rostro... tenía una idea. Y pude ver en los shinigamis que aún quedaban a mi alrededor, y que me conocían, que les daba un ligero estremecimiento.

Estaba abajo de él, aún chocando las espadas, obligándolo a hacer fuerza para adelante; en ese momento, salí de ahí con un shumpo, tratando de que, por la fuerza, se hiciera hacia adelante cayéndose; entonces, aparecí tras él y asenté una patada en su espalda, cerca de su nuca. Con otro shumpo, aparecí debajo de él, dándole otra patada a su mentón, y acabando finalmente parándome de nuevo tras él, soltando una risa con bastante malicia y golpeando con fuerza su nuca con el mango de la espada.

Pues, en verdad el destello del luz me molestaba al haber explotado en toda mi espalda. Aunque fue una explosion muy grande no me hizo mayor cosa y sin darme cuenta la chica ya estaba bloqueando mi ataque y con un movimiento agil derrepente desaparece con shumpo, pero aunque pareciera que estaba haciendo mucha fuerza en realidad no lo estaba y cuando desapareció simplemente no me moví cuando estaba detrás mio. Una gran patada me acertó en la nuca y que gran poder tenía esta chica, pues en cierto modo dolió demasiado, aunque aún podía seguir en pie.

-"Ouch.. Eso dolio."-

Decía a mi interior, mientras que la chica me intentaba dar una patada en el mentón, decidí tomarme esto mas enserio. Sabía que tenía un poco de baja estatura y en cierto modo era adorable, pero ella vino aqui a entrenar y nada mas. No debia hacerle perder su tiempo, por lo que tomé su pierna en cuanto iba a darme en el mentón imposibilitando su siguiente movimiento y teniendola con una mano como un mano en un arbol, la balancee por el aire. Luego de dar unas rápidas vueltas la lancé a lo largo para que intencionalmente chocara contra el muro del coliseo.

-Lo siento.. Alice-san. Aunque no debo subestimarte, si te golpeas luego te sanaré con besos de amor.-

Decía mientras veía el cuerpo volar por los aires.

Solo tuve que decir, que mi ataque no resultó... O no como yo quería. La patada en la espalda, cerca de la nuca, fue bastante exitosa, pero por otro lado, no logré más, sencillamente me sujetó de la pierna impidiéndome el atacar como se debia y me mandó contra la pared del coliseo. Me golpeé con fuerza, pero seguía en pie. Entonces, llevé mi mano a mi coleta derecha, y de ahi, agarré una de mis campanillas...

...estaba destrozada.

Mis ojos se abrieron de un tamaño casi imposible, apreté los dientes y estos rechinaron con violencia. A pesar del dolor que sentía en la espalda, la furia que sentía por dentro era mucho más grande. Miré hacia el suelo, con mi cabello cubriendo mis ojos, y el aura color oscuro aumentó mucho más, hasta parecer una especie de escudo color negro. Podía perdonar que rompieran mi traje, la vaina de mi espada, mi collar... Pero nadie tocaba a mi Zampakutoh y a mis campanas.

-Esto ya... es personal.

Miré la espada de madera en mi mano, y a mi cinturón casi al mismo tiempo. Estuve a punto de desenvainar a Kuroshinshi y cortar por lo sano con el asunto, pero preferí usar métodos un poco menos drásticos... Pasé mi mano por mis labios, eliminando un pequeño rastro de sangre, y sonriendo.

-Veremos que ocurre ahora... Y sabremos quién es el más fuerte de ambos.

Con un par de shumpos, me puse prácticamente frente a él, para antes de llegar, dar un salto y asentar una patada con toda mi fuerza en su estómago. Luego, salté hacia atrás, dejando un espacio considerable de un metro y medio más o menos entre nosotros, apareciendo tras su espalda con otro shumpo, y aprovechando que ahora el ambiente estaba un poco más oscuro, golpear totalmente su espalda, "clavándole" el "filo" de la espada.

Pues si bien la había lanzado, tampoco pensaba que se lastimaría así. Sabía que ella resistiría a un ataque así pero lo que me preocupaba era su reacción. Un momento despues de que chocara contra el muro, puse mi espada de madera detrás de mi cuerpo y empecé a mirar su espectaculo haciendo una cara de preocupacion. Inmediatamente lo tomó como personal, no sabía la verdad porque pero esta en verdad estaba enojada y tenía sed de sangre.

Se me acercó rapidamente con unos shumpos y empezó a jugar rapidamente mientras estaba al frente mio. Lo malo es que no sabía que apesar de esos movimientos rapidos, soy un capitan y podía verlos facilmente. Luego me lanzó una patada cosa que no dudaba que haría, mientras que en una posición de kendo, levanté mi espada de madera y concentrando muchisimo reiatsu para que esta no se rompiera le di un golpe a su pierna intentando bloquear el ataque.

Aunque haya tenido éxito la chica era bastante vérsatil y no se rendiría al ver que algo no funcionaba, la chica dio un paso hacia atras y se alejó de mi como si nada aunque estaba seguro que ese golpe le haya dolido. Luego con su espada intenaba atacarme por la espalda con gran potencia, en ese momento dí un shumpo hacia detrás de ella y esquivé su ataque. En cuanto la tenía en frente mio y ella de espaldas, le lancé un ataque tremendamente fuerte y rápido que podría decirse que estaba al nivel de un teniente.

-Vamos, Alice-chan.. Debes dar lo mejor de tí aunque solo sea un entrenamiento.-

Le decía sonriente.

Era difícil lidiar con mi furia interior, mi Zampakutoh quejándose y la pelea, todo a la vez; pero a pesar de que estaba furiosa y quería hacer pedazos a alguien, no iba a ser injusta desenvainando y usando mi espada, porque él ahí tendría el permiso de desenvainar su espada, y estaría en problemas...

¡¡Pero es que era demasiado!! ¡Mis campanas están destruídas! El único regalo que me queda de mi hermano mayor... Él único recuerdo de cuando estaba en vida...

Sentía ganas de llorar, golpear, y masacrar a alguien; pero no podía desquitarme con ningún shinigami, en el estado en que estaba, podría dar lista a ser una exiliada que apoya a Aizen... ¡Y eso no!

El ataque directo fue horroroso, estaba furiosa, y al borde de las lágrimas, y el golpe en la pierna fue suficiente para que abriera los ojos demasiado y dos lágrimas saltaran hacia atrás en el impulso... ¿Cómo demonios...?

No... No puede ser...

Apreté los dientes y mordí levemente mi labio inferior, yendo hacia atrás, dicho sea de paso para que no viera la expresión de mi rostro, y traté de golpearlo, pero con un simple shumpo, me esquivó... No, por Dios, Evans, estás en el 1º escuadrón, no puedes ser tan débil... ¡No puedes! ¡Jamás serás un Taicho así!

-Maldición... Otra vez...

Apenas dejé de verlo, hice un giro y noté que lo tenía atrás... Ese ataque estaba dándome miedo, pero era momento de probar si aún tenía las habilidades de una acróbata de circo, como en mi vida anterior. Al verlo acercarse, fui dando saltos hacia atrás, usando shumpo y ayudándome con eso a hacer mortales en el aire, para tratar de esquivarlo... Siempre recordándome a mi misma que era un Taicho, pero como no daba para que él fuera a frenar, decidí hacer yo misma las cosas.

-33 Sōkatsui (Cataratas de Fuego Índigo)

Volvería a gastar reiatsu, pero no era tan importante en estos momentos, aún así... Tenía que hacer todo lo posible por ganar... Como se lo prometí a Satoshi.

En un momento sentía que algo le pasaba o que mas bien estaba demente, pero luego de ver sus lágrimas estaba seguro de que algo le pasó. Esta puedo esquivar mi ataque e ingeniarselas para escapar de mis movimientos, y me impresionó como se tiraba hacia atras con una volteretas de circo o mas bien de acrobata. En ese mismo momento logró alcanzar a lanzarme un kido, el Soukatsui y en verdad no sabía que hacer ante esto, solamente decidí esquivarlo despareciendo del punto fijo en el que la explosion iba a dar lugar y llegé hasta dos metros en frente de Alice.

Era mi momento de atacar y tenía que hacerlo lo mejor posible, aunque noté que tenía unas campanas en la mano y que estaban rotas, talvez esa fuera la razón por la que lloraba desesperadamente, pero si es así no debería preocuparse ya que hay una forma de restaurarlas a su estado original. En unos pocos segundos desaparecí y en un milisegundo llegé hasta Alice con la espada en alto para darle un ataque diagonal justo a su pecho, pero sin concentrar mucho reiatsu ya que aún era un entrenamiento y aunque ella sea fuerte, tenemos diferencia de poderes.

-Alice-chan... Si deseas parar solo dilo.-

Le decía con una sonrisa e ignorando por completo de que la estaba atacando en ese momento y que no era momento para hablar. Luego de atacarla, desaparecí y atras suyo rapidamente lanzandole un kidou ya cargado en mis manos hasta su espalda, pero tomando precauciones de que no le diera en los puntos vitales.

Spoiler:

Estaba demente... más de lo normal posiblemente, mis ojos estaban oscurecidos, y de tanto en tanto, mis ojos se dirigían a mi Zampakutoh, y a su empuñadura, tentada en tomarla y cortar el asunto por lo sano, pero no lo haría, no caería a hacer eso de nuevo.

Estaba empezando a enfurecerme por no poder golpearlo como se debía, tenía el ceño fruncido, y mirando sus movimientos, me molestó que esquivara mi kidoh como si nada, pero era cuestión de paciencia, ya iba a lograr algo...

Al ver que quedó a escasos dos metros de mi, acomodé de nuevo la campana en mi cabello, a pesar de que estaba rota, y fui tratando de esquivarlo, pero no tardó en alcanzarme e intentar golpear mi pecho, cosa que en parte logró, pero tuve tiempo para hacer un shumpo y evadir el ataque en parte para que no me diera tan de lleno.

Al escucharlo, enmarqué las cejas y me quedé seria: No iba a parar, eso era definitivo, me las ingeniaría para hacer mis ataques preferidos, los que sabía que tendrían éxito a pesar de todo lo que probaran contra mi. Al ver que iba hacia mi espalda, me giré de golpe, y me hice hacia atrás con un shumpo, dando un salto y quedando de pies y manos en el suelo; habiendo evadido por muy poco el kidoh que lanzó contra mi. Sonreí de lado, aún con el flequillo cubriendo mis ojos.

-Mal hecho... Una fuerza así... Esa fuerza...- agarré la espada con fuerza, dando un salto hacia arriba, quedando literalmente flotando y lanzándome en diagonal desde arriba hacia él con toda la potencia que podía -¡¡Me pertenece!!

Al ir así de fuerte, aproveché para dar un golpe con la espada de madera, haciendo que se creara un choque de su espada con la mía, y mirándolo con una sonrisa de superioridad.

-Nadie se interpondrá en mi camino... Nadie evitará que sea la mejor.- añadí, haciendo un rapido giro para quedar tras él y colocar la espada en su cuello, con la mirada seria -No tendré piedad de ti en esta pelea... a partir de ahora... Te demostraré lo que puede hacer una demente.

¡Siempre quise decir algo así! Era la pura verdad... Una demente como yo podía hacer lo que quisiera, acabar con todo y con todos... ¡Y ya lo vería! ¡Si quería matar a Aizen, lo lograría! Jajajaja...

Hice fuerza con la espada contra su cuello para cortar su respiración unos pocos segundos, asentar una patada en su espalda y, al mismo tiempo, golpearlo con fuerza con la espada. Luego, apoyé las manos en sus hombros, hice un mortal sobre él y quedé enfrente suyo, mirándolo divertida.

-¡¡Voy a cumplir mi objetivo! ¡Sōkatsui! (Cataratas de fuego índigo)

Al hacer ese kidoh, di un mortal hacia atrás y quedé en pie de espaldas a él, mirándolo sobre mi hombro, esperando su siguiente ataque.

En verdad parecía un poco demente, aunque no me lo esperaba ya que la mayoría de los integrantes del Primer escuadron son muy serios y rectos. En forma me recuerda a mi amigo desaparecido, Zaraki Kenpachi, pues el tenía esta misma actitud y amaba pelear para ganar. Vi como se enloquecía y sin vacilar me atacaba desde arriba con un corte diagonal. No tenía mas opción, pues antes no estaba peleando en serio y esta vez tendré que hacerlo a nivel de un teniente, ya que eso es lo que ella quiere desde el principio de la batalla.

Su ataque con la espada en mano parecía muy fuerte, pero concentrando muchisima fuerza y reiatsu en mi espada de madera, logré bloquear el ataque creando una onda expansiva entre las dos espadas que llegaba hasta el arbol de cerezo en el que me situaba y que hacía caer sus hermosas hojas al suelo, junto con las personas que se encontraban viendo la pelea y algunas paredes empezaban a agrietarse. No se si eso era suficiente para romper su espada y quebrarla a la mitad o si era suficiente para que el golpe fracturara su mano y quedara fuera de combate, pues tiene una gran resistencia fisica ante los ataques.

Con un enorme golpe intenté romper el choque de espadas pero se me adelantó y rapidamente se movio hasta mi espalda con intención de ahorcarme con su espada. Me sorprendí demasiado pues en verdad ya me tenía acorralado y no podía hacer nada mas frente a la situación. No podía moverme por lo que me quede parado esperando que acabara conmigo pero también concentraba muchisimo reaitsu en mi cuerpo con la intencion de por lo menos crear un escudo que amortiguara el golpe.

Spoiler:

¡Bieeeeeeen! ¡Vamos todavía! ¡Evans, estamos mejorando!

Aunque no fue bueno del todo, porque con el golpe de espadas, la onda expansiva que soltamos, él por su fuerza, y yo seguramente por mi furia, fue demasiado grande, y a decir verdad, sentía que mi muñeca en cualquier segundo llegaría a quebrarse. Aún así, me las ingenié para que eso no ocurriera, dando un salto hacia atrás, y colocando la espada en su cuello. No lo vencería así nomás, estaba claro eso, pero al menos probaría algo.. Ahora, si usaba su shikai, estaría en problemas.

Al llegar atrás, hice una especie de fuerza para que su respiración se cortara por escasos 15-20 segundos, aprovechando eso para golpear su espalda, hacer una mortal hacia atrás, y quedar parada. Cuando miré la espada de madera, noté que esta, en los movimientos, se había partido en dos.

-Ups..

Esa simple expresión, que tenía toda la pinta de ser inocente, en realidad no lo era. Ese "ups" había sonado con un tono siniestro, y bastante malévolo de mi parte. Tiré la espada de madera hacia atrás mío, de manera que esta chocó contra la pared. Lo observé con los ojos ya del tono normal, pero una sonrisa de sorna atravezaba mi rostro.

-Muy bien, basta de juegos.. Es hora de pelear en serio.

Dicho esto, desenvainé a Kuroshinshi y me aproximé a él corriendo, lista para darle un tincazo con esta.