El Ejercito Contra Ataca

Habian pasado alrededor de 15 minutos desde que la primera garganta que le permitio la entrada a Stark y demàs compañeros al Mundo Humano en las residencias de Karakura se habia cerrado, mientras en el techo del edificio màs alto del Instituto una cuarteadura se expandia. Se hacia cada vez màs larga y gruesa, de repente se abrio de tajo los pequeños pixeles y ese sonido raro que pocos podian escuchar.

De esta gran Garganta salio la fantasmal Primera Espada al frente barriendo con su mirada los alrededores, evaluando el nivel de destruccion que se merecia este lugar infestados de pateticos humanos, luego de dar un vistaso, fijo su mirtada en un punto lejano

- ya han empesado, el primer grupo esta en posicion - miro sobre su hombro esperando a que su compañero saliera, luego miro al otro lado donde alguien màs se encontraba ahi. Era un arrancar con mascara completa y dos grandes cuernos que le salian de la frente

- prepara tus soldados Exequias - ordeno fria

- estan listos Fenrir-sama - hizo una ligera inclinacion para despues dar un paso hacia adelante, la garganta se expandio màs y dentro de aquella negrura caotica se podian ver cientos de cabezas blancas todas furmadas perfectamente caminando al unisono saliendo de la graganta invadiendo el techo y los cielos de aquel lugar.
Despues de mucho el ejercito de Aizen volvia a ponerse en accion, esta era la batalla que habian estado esperando y no podin fracasar en el proceso

Kibanja dejo emanar mucho de su reiatsu aproposito, queria ver quienes eran los valientes que se presentarian primero a la linea de batalla, y de paso, poder noquear a uno que otro humano debil


Nota:

este es un post simultaneo en coordinacion con el tema La Amenaza Arrancar, Aterrizaje de la Maldad, y uno màs, quien postee aqui no puede postear en el otro tema

Lucios, un valiente caballeo habia estado recooriendo la ciudad, Karakura por una mision encomendada, habia habido poca actividad hollow, era lago extraño en una ciudad con tantas apariciones, Su capitan le habia ordenado ir a investigar, estaba alli hace ya dos dias y no habia encontrado a nadie, habia estado mas bien meditando, algo le tenia intranquilo y confuso, estaba cerca de una escuela ala que se dirigen los jovenes a aprender sobre diversos temas cuando sintio un Gran reiatsu, luego dos, cinco, cada vez llegaban mas, artorius con un reiatsu la verdad bajo Se dio cuenta que solo podria contra pocos de ello, luego se sorprendió, el arrancar con reiatsu en verdad elevado lo habia bajado.

"debo investigar"

penso mientras se dirigia hacia la escena, bajo su reiatsu muy torpemente y se escondido en un arbusto.

-esto va mal-

susurro.

cómo era posible, el aviso llego de repente y sin tiempo de nada màs
estaban atacando la ciudad de karakura y el portal se abrio no muy lejos del isntituto donde hace apenas unas semanas habia estado, lo que encontro la dejo demasiado consternada

se poso sobre un poste de luz desde donde a lo lejos se podia ver columnas de humo y un resplando rojiso era un incendio y destruccion muy grandes y seguian saliendo, y a su derecha.... el instituto estaba rodeado y tambien humo y un gran poder se sentia en ese lugar


Poco a poco pudo notar como los joenes del Isntituto trataban de desalijar el edificio, pero estaban rodeados por esos arrancars que parecian clonados, esto estaba preocupandole y aun no habia hubicado a los principales agresores, pero si logrò detectar una precensia aliada. bajo del poste antes de que la notaran en ese lugar y busco frenetica, debia ayudarles, pero sola no aguantaria mucho, hasta que ahi lo vio, no lo reconosia, pero sabia que era de la Sociedad de Almas


- ey tu - le llamo la atencion pero no con voz fuerte, se agacho a su nivel igual ocultandose - diablos, en que momento empeso esto?- miraba la destruccion que causaba - Soy Kuchiki Rukia teniente del 13 Escuadron, que es lo que sabes? por cuanto tiemponhas estado aqui??- queria recopilar primero la informacion necesaria antes de realizar alguna maniobra

Alzo los hombros sin importancia escuchando a su compañero peliblanco

- como gustes - noto como los alumnos intentaban salir al sonar de una estruendoza alarma, aquellos jovenes humanos no tenian idea de que estaba pasando porque explotaban cosas, Kibanja miro a uno de los edificios queria que esa alarma se callara, hai que una luz morada se formo en su frente era su Cero que salio disparado como rayo en sugzageantes direcciones colisionando con un costado del edificio haciendo estallar todos los bidrios, del interior del edificio, comenzaba a crecer fuego y una columna de humo se levanto.

la pelimorada alzo la vista a la distancia notando el humo que porvenia de aquel lugar lejano donde se suponia estaban Channel y su fraccion Stark con la pequeña lilinet

- me pregunto si allà ya habrà llegado algun Capitan - a este paso, para cuando llegaran los verdaderos regrentes de la Sociedad de Almas, no habria mucho que salvar...o destruir.


Kibanja volteo rapidamente hacia el otro extremo, habia sentido una fluctuacion de energia diferente, los buscaba con la vista y son su energia...


- alguien esta siendo espectador y no paga por la funcion - hablo sardonicamente - los tengo - les habia detectado, poco a poco se mostraba un colmillo saliendole por debajo del lavio superior, estaba comenzando a sonreir. Levanto su mano con su manga colgando, y de ella se acumulo gran energia morada una esfera que disparo directamente a unos grandes y oscuros arbustos

Esto no era para nada bueno... Me había llegado un mensaje, me había enterado que estaban atacando Karakura, ya se me hacía extraño que no hubiera pasado nada, pero por lo que sabía, no era cualquier cosa, era una destrucción masiva, y muy grande... Ya le había dicho antes a Okuba que jamás había peleado con un arrancar, y que no creía estar lista, pero me estaba dando cuenta de que debería correr el riesgo.

Abrí un portal hasta Karakura y llegué cerca del instituto, lo conocía, aunque no había entrado nunca, solo había pasado por enfrente de casualidad. Vi bastantes alumnos del instituto salir corriendo, escuchaba una sirena sonar, la cual de pronto dejó de sonar a la vez que se oía un estruendo. Había aroma a humo, un incendio, y podía sentir reiatsus fuertes, arrancares sin duda, lo que me aterrorizaba, era que fueran de rangos muy altos... ¿Estaría lista?

Me acerqué con un solo shumpo, aún no llegando hasta donde sentía todo, y ahi pude sentir dos prescencias... Pertenecían a la sociedad de almas, era seguro... Tendría apoyo, me aliviaba un poco, al menos, no...

-¡Oh, cielos!

Escuché otro fuerte estruedo, y fue ahi cuando me alarmé. Entré a correr, usando un par de shumpo y manteniéndome escondida atrás de un par de árboles. Ahi pude verlo... habían descubierto a los dos integrantes de la sociedad de almas que ya había aqui. Bajé muchísimo mi reiatsu, rogando porque aún no hubieran sentido mi presencia... ¿Cuándo sería momento de atacar?

Estaba atento a todos los moviemientos, no me interesaba mucho lso estudiantes, la verdad era mejor asi, sabia que debia protegerlos pero intentando ayudar a uno o dos correria elr iesgo de que me descubriesen, beuno aun asi era muy torpe ara muy seguro que lo hicieran, miraba con un poco de terror lo que pasa, auqnue a la vez con descicion, debia actuar aun asi fuera solo actuaria, cuando depronto escuche un voz, era una shinigami, hieo una reverencia muy corta.

-lucius artorius castus, septimo escuadron-

estas palabras fueorn casi un susurro, un pequeño viento que salia de mi boca, volvi a tomar la palabra.

-no se mucho, apenas eh llegado, peude que sepa lo mismo que tu o menos, lo que si se es que estas personas nos ganarian a los dos muy facilmente, pero...debemos hacer algo para...-

mi voz se corto, un reiatsu acumulado senti, un cero! voltee a mirar, me ayude de la tardansa de este para, insintivamente, agarrar a la shinigami y huir lejos con un shumpo.

Apenas le estaban informando de la situacion cuando sintio un tremendo reiatsu, un Cero! y directamente hacia ellos, sólo sintio un tremendo jalon que casi le hace perder el valance, cuando se dio cuenta ya estaban a una distancia lejos de donde habia impacatdo ese tremendo Cero

- demonios! gracias - dijo mirando la columna de humo que se levanto con aquel impacto, habia quemado casi todo dejando solo cenizas volteo hcaia donde penso que habia salido el cero, arriba un poco màs arriba del techo del instituto vio una figura blanca delgada...era esa Espada la causante de tal destruccion?, su poder era aplastante - ah! creo que alguien acudio al llamado - dijo buscando a sus alrededores, reconosia el reiatsu, desenvaino su katana y corriò havcia donde sentia la precensia amiga sin notar la precensia de aquel Espada de cabello blanco - tenemos que idear un plan, almenos para detenerlos por unos momentos hasta quelleguen los capitanes - le dijo mientras corria, notando a todos los alumnos que corrian sin saber qiuen los habia atacado, le preocupaba no poder protegerlos a todos, pero siedo tan pocos no podrian hacer gran cosa, solo abrirles paso evitando que se encontraran con sus enemigos

Seguía atrás de los árboles, escuchando y mirando de reojo lo que ocurría. Cuando uno de los arrancar lanzó ese cero, pude ver con claridad y alivio como los dos shinigamis se alejaban rápidamente con un shumpo. Me sentí más calmada por eso, pero de repente, la sangre se me congeló cuando el otro arrancar dijo que... le faltó uno.
Era definitivo, me habían descubierto.

Apreté el mango de Sagittarius con fuerza, totalmente insegura de que debería hacer, cuando sentí una presencia amiga el acercárseme. Pude ver a la Shinigami casi a mi lado, acercándoseme con un buen shumpo.

La escuché, era cierto, teníamos que idear un plan hasta que vinieran los capitanes, asentí con la cabeza, pero entonces, me di cuenta que no había notado la presencia de aquel espada de cabellos blancos que me había descubierto.

-¡Cuidado! ¡Otro espada!- exclamé, aún escondida detrás de los árboles, sin atinar a usar un shumpo.

Spoiler:

Lucius miro a las dos shinigamis y estuvo atento, leugo un espada aparecio, al esuchar sus palabras lucius hablo:

-Arrancar, no se debe tomar como un desafio, esta es nuestra obligacion, neustro querer, defender karakura en estos momentos-

artorius desenvaino su zampakoutoh y se puso en guardia.

Spoiler:

exhalò pesadamente con las cordialidades de su compañero Espada

- para que dirigirles la palabra Kojiro?, son solo unos shinigamis inutiles, nisiquiera pueden atacarnos - giro si mirada hacia el edificio ya caqsi destruiodo y la gente que huia en panico, - tenemos que destruirlos a todos - levanto sus manos llevandoselas a su cien y de su frente se creaba un pequeño fulgor morado que salio disparado como un rayo cayendo en diferentes sitios al rededor de los humanos y de los shinigamis, si miraban màs de cerca se le podia ver un colmillo salir por la comisura de sus labios, Fenrir se estaba diviertiendo bastante.

acabado su ataque, miro a su alrededor viendo la destruccion a kilometros de ahi, donde los demàs Espadas estaban atacando, esperando por la llegada del Señor Aizen, luego fijo su vista nuevamente a sus victimas shinigamis

- que esperan, saquen sus katanas! o planean morir sin defenderse...o peor aun, sin cumplir su deber como shinigami?- alzo nuevamente la mano preparando una lluvia de ceros - pues si es asi...esto fue una verdadera perdida de energia... mueranse! - hablo con su vo fria estaba decidida a exterminarlos a todos, tenia que desmpolvar sus poderes como primera Espada, y esperaba un reto, pero no veia venir alguno

Estaba empezando a intranqulizarme bastante... Mejor dicho, me estaba intranquilizando más de lo normal. Tenía frente a mi a los que se relucían como buenos espadas arrancar, y yo solo era una simple shinigami raso, que ni siquiera podía sacar a relucir ni su shikai ahora... Por en cambio, solo tenía 3 kidos, y no me eran muy útiles para atacar. Pero no sabía que venía ahora...

Escuché hablar a la arrancar de cabellos violetas, en verdad sabía que era un suicidio para mi acercarme a ella, podía notar que era demasiado fuerte, pero tenía razón en que debíamos mantener nuestro honor, eramos Shinigamis... Y tenía razón al decir que debíamos hacer todo lo posible para detenerlos.

Usé un shumpo para alejarme del lugar en el que estaba, quedando alejada de los demás shinigamis, con Sagittarius en mi mano derecha, ya desenvainada, y la vista fija en el suelo, para luego alzarla de repente y mostrar mis ojos con un brillo encendido. Miré a la Arrancar vestida de blanco, la que había hablado hace unos segundos, y que parecía ser extremadamente poderosa... Sería irme al matadero sola, pero, todo sea por la Sociedad de Almas.

-Si buscas pelea, yo puedo dártela...- dije, con una sonrisa no muy agradable. -Estoy dispuesta a todo... hasta la muerte.

Llené la Zampakutoh de reiatsu, haciendo que esta tomara un aura color celeste hielo, mirando a la Arrancar de cabellos violetas, de la que notaba que podría esperar cualquier cosa... Esperaría su primer ataque.

La intensa claridad del sol sumía a Karakura en un inquietante juego de sombras. Sus rayos, como penetrantes saetas, atravesaban los rincones más altos de los rascacielos para caer, con extraña precisión, en puntos determinados del suelo marcando un camino espectral, sin contornos ni limitaciones. El brillante resplandor del astro teñía de áureos las cúspides de las montañas. La bóveda celeste sobre la urbe, se encontraba ennegrecida por un manto de humo y cenizas. Asaltó entonces desde lo alto, un resplandor blanco que débil se deshizo a los pasos de una figura. Con semblante vacío pero con ojos tan vivaces como el fuego. Una niña. Decepcionante era la escena que pintaba frente a sus ojos, pero más aún lo eran aquellos que se atrevían a hacerlo, seres sin escrúpulos, repulsivos que sólo servían y que nada parecían valer, pobres criaturas, le infundían cierta pena.

Sentir las suaves extremidades de la criatura, su delicado y ligero cuerpo, que, desapareció al instante. Quedó ahí, pasiva y en reflexión. Atacar a indefensos no era más que de cobardes, aunque tampoco podía decir que los humanos fuesen un premio a la creación, simplemente le gustaban las cosas en equidad. Había marchado pocos minutos después de recibir la "gran noticia", aunque no se apresuro por ello, al contrario, se tomó todo el tiempo del mundo, sabía de sobra que con la impertinencia y "bravura" de los arrancar la ciudad no duraría ni un minuto en pie.

Seguía de pie, como si nada sucediera, mirando las columnas de humo serpenteantes, por fin reaccionó y no es que estuviese impactada, lo que veía era más que predecible, sólo era que analizaba el estado en la que se encontraba el campo y al cúmulo de seres que se dispersaban con lentitud sobre los tejados, ellos no parecían los protagonistas de dicha historia, mejor resultaban una bola de muertos vivientes casi sin razón, resultaba incomodo que a su llegada ellos fuesen quien la recibieran y aún peor, debía enfrentarlos para terminar con la plaga. Aceleró su paso, como si fuese a provocar una colisión. Ya estando a una distancia poco prudente extendió la mano y pronunció-. Haien-. Variedad de proyectiles salieron disparados en dirección a los caballeros y eliminándolos, al menos una cuarta parte, la suerte corrió departe de una casa deshabitada que atacaban-. Nadie se había ocupado de ustedes...Seguro fueron por el pez gordo, pero aquí me tienen-. Dijo con claridad y mirando a los restantes. Resultaban seres de escaso mérito y que sólo entorpecían el camino pues no oponían real resistencia. Desenvainó entonces su zanpakutou y en un bien ejecutado shumpo corto a los que quedaban, pero no de un sólo golpe, fueron varios, pues no eran pocos, dejando ya a unos cuantos que no duro en darles terminación, no aseguraba haberlos destruido a todos, pero si a la gran mayoría, eso sólo le había servido para entrar en un bien merecido calor.

Se encamino con lentitud hacia uno de los tres grupos, habiéndolo elegido al azar, como un vil juego. Aquello estaba convertido en un infierno, bueno, simulacro de, los arrancar no lograban más que la destrucción, en sus abrumadas mentes sólo existía esa palabra y la de muerte, bastante tedioso, a decir verdad no había llegado tan tarde, la diversión recién comenzaba. Escuchó entonces, no muy lejos a lo que parecía el arrancar de mayor rango en ese apartado-. "Son solo unos shinigamis inutiles, ni siquiera pueden atacarnos"-. Esbozó una media sonrisa y acotó-. Sentimiento mútuo...Sin embargo no soy tan arrogante como para no dirigirles al menos una media palabra.- Sus palabras habían sido suaves y pausadas y sus ojos se quedaron clavados en el ataque instantáneo. Tomó su haori y limpió el arma para luego dedicarle una profunda e inquietante mirada a la espada, ignorando casi por completo a la shinigami más cercana. Posicionada a una distancia correcta de ambas, aguardó paciente y con una sonrisa en los labios.

trago saliva al ver a palido arrancar que ya habia desenfundado su espada, no tenia idea de que en realidad si fuera a enfrentarse a èl tan pronto....era inevitable supongo, malditos juegos del destino

Sali de su ensimismamiento cuando Lucius le contesto, eso no era buena idea, èl junto con la otra chica de cabellos azules, eran shinigamis sin rango, no sabia que tanto podrian mantener una batalla con un Espada, y menos con uno de esos niveles.

La peliazul se movio y comenzo a regresarle las palabras a la Arracnar en los cielos, eso era demasiado peligroso quiso ir hacia ella para avitar lo que hacia era una locura

" si tansolo uno de los capitanes estubiera aqui...." era la unica shinigami màs fuerte de entre ellos y desgraciadamente sus enemigos eran muy poderosos, pero casi como si alguien le estubiera leeyendo los pensamientos una nueva shinigami aparecio, veia su capa de capitan, fue un alivio para su corazon, aunque n dejo de estar atenta a sus enemigos
Y casi como un balde de agua fria sintio un poderoso reiatsu que a pesar de que la fuente de tal poder se encontraba lejos era realmente dificil de no persivir ademàs, recordaba esa senzacion, recordaba con claridad ese miedo e impotencia que sintio cuando Aizen extrajo de su pecho el Hogyoku, ...como casi la mata en aquel entonces, pero no era el momento de flaquear, desenvaino a Shirayuki, debatiendose quien chocar espadas tenia que apresurarse, la Espada de cabello morado estaba lista para mandarles otro cero, entonces escucho màs gritos, aun habian muchachos tratando de resguardarse de la destruccion, no solo los estudiantes, la gente en general empesaba a salir de sus casas, espantadas por la destruccion del Instituto y por los demàs ataques, tenian que proteger a los humanos o si no tendrian que hacer muchas sepulturas.

se giro a la capitan sintiendose màs segura

- actuemos ahora o no nos dejaran oportunidad alguna, Mae Sode no Shirayuki - su katana se torno blanca como la nieve con un delicado liston al final de la empuñadura, giro su espada y comenzo su primer ataque - tsugi no mae, Hakuren! - blandio a Shirayuki creando 3 ondas de filosas estacas de hielo que congelaban todo loq ue tocaban, una cayo en uno de esos arrancars clonados, uno a los pies de Kojiro y la otra directamente a la Primera Espada

Lucius tenia una mirada fría, sus pies estaban un poco temblorosos, al principio luego lo recordó, el era un shinigami!¿cual era su propósito si no luchar? debía enfrentarse a las espadas, a los seres mas poderosos entre los arrancars, aun siendo raso, no por que el destino lo quisiese, por que ese era su deber! Miro con asombro como la pequeña shinigami, al parecer teniente había desafió al espada de pelo blanco, estaba a punto de contradecir a la chica, de decirle que ella no debía arriesgarse, que esperara, que el la protegería.Pero simplemente no puedo, muchas cosas pasaban.Mas de las que el quisiese, la chica liberaba su shikai haciendo así un pequeña explosión; múltiples voces se agolpaban en su cabeza, haciéndole sentir un pequeño dolor; reiatsus aparecían, buenos y malos, incluso...algunos tipos que desconocía; una capitana venia hacia ellos, eso lo vio claramente;unos exequias que les querían atacar.Y, un cero! un cero venia a gran velocidad, no supo muy bien que hacer, salto hacia un lado dando una voltereta en el piso quedando torpemente de pie y cayendo de nuevo en unos arbustos.

"me salve"

dijo un poco ingenuo, su traje estaba quemado, su espalda tenia heridas leves, auna si, algo de que rpeocuparse, no podia perder tiempo, eos lo sabia, uso un shumpo ya parecio a la altura de la primera espada, corrio hacia eela con su espada cerca de le hombro, estaba atento aunque sabia que tal vez estar atento no le serviria mucho, la diferencia de poderes era grande.

- vaya hasta que al fin sale alguien con coraje - musitò Fenrir ante las palabras valientes de la peliazul aunque leeyendo su reiatsu no paresia de mucho nivel a comparacion con la shinigami de cabello corto. Fue cuando sitnio la llegada del Señor Aizen, miro a la lejania donde el cielo aun no estaba manchado de nuves negras o fuego, esa era la señal que esperaba, la batalla que tanto estaban esperando se desenvolvìa ante sus ojos, le hubiera gustado mucho estar presente cuando el Señor Aizen destruia a sus enemigos y sobretodo, creaba la Llave.

Se estaba perfilando a atacar a esa shinigami acto seguido una precensia màs fuerte apareciò, una sinigami de porte imponente y mirada carmesí, inmediatamente la otra shinigami les atacó como un acto de desesperacion, aquellos picos de hielo volaban hacia Kibanja con fuerza y rapidez, pero simplemente utilizo su brazo derecho para romper ese ataque, su brazo se quedo cubierto por hielo pero de un fuerte ,movimiento quebranto el frio material

- hn interesante - dijo mientras llevaba su mano hacia su katana, ya iba a enfilarse contra la que parecia ser la capitana y la teniente de cabello corto, al menos ellas representarian un mayor desafìo, sin embargo Kojiro habia actuado antes, mando a los soldados Exequias contra la peliazul que intentaba desafiarla y al shinigami de cabello rojizo, Kojiro ya habia decidido por su objetivo, aunque a ella le hubiera gustado pelear con las dos pelinegras.

Usó sonido para llegar hasta donde estaban la peliazul que estaba siendo rodeada por los Exequias y a la que parecia capitana, aun tenia la mano sobre la empuñadura de su espada - entonces comencemos, que no me quiero quedar de brazos cruzados - fue hasta la peliazul ateando en su camino a un Exequia rompiendole la cabeza, de un movimiento rapido le lanzo una patada directamente al estomago, seguidamente de movimientos sutiles y elegantes se transladó hasta la pelinegra, desenfundando su espada

No sabía exactamente porque me había arriesgado de esa manera... Pero ahora, todo empezaba a ocurrir en menos de un segundo. Pude ver aparecer a uno de los Capitanes, su haori me indicaba que efectivamente lo era, cosa que sacó a relucir una expresión de alivio en la Shinigami de cabello corto, que daba apariencia de ser más que un simple Shinigami raso.

Incluso ella sintió más valor de atacar en ese momento y pudo lanzar un ataque hacia los dos arrancar, y a uno de los arrancar 'clonados', pero no tuvo mucha suerte, enseguida el arrancar de cabellos blancos se lanzó a atacarla a ella, pero me atacó a mi con los exequias, y pude ver que al otro Shinigami raso que había también... Él posiblemente se salvó ocultándose, pero yo no tuve tanta suerte, tenía a los exequias encima, y solo me valía de Sagittarius, mi fiel Zampakutoh, para intentar alejarlos... Sabía que al menos la Shinigami de cabello corto podría ocuparse del arrancar de cabello blanco, pero yo me había animado contra la Primera Espada Arrancar, y desgraciadamente debería pagar el precio...

Lo primero que me sorprendió fue el ver que un exequia contra los varios que me enfrentaba salía, literalmente, volando por los aires. Acto seguido, vi casi enfrente mío a la primera Espada Arrancar, y una suceción de golpes, sobre todo en mi estómago, no tardó en dejarme prácticamente en el suelo, para colmo, en medio de todo eso, además de no poder defenderme, tuve que soltar mi espada. Me arrastré un poco y extendí la mano para sujetarla y ponerme rápidamente en pie, alejando a los exequias restantes o empujándolos con mi Zampakutoh, hasta poder liberarme. Y luego, un acto inconsiente, o una idiotez, me llevó a cometer lo siguiente...

-61 Rikujōkōrō!! (Prisión de 6 Barras de Luz)

Dirigí el ataque hacia la Primera Espada, con el fin de poder inmovilizarla al menos durante unos segundos, cosa que al menos logré, y después, aunque usaría más reiatsu, tenía que arriesgarme a más.

-33 Sōkatsui!! (Cataratas de Fuego Índigo)

La bola de fuego azul salió disparada en la misma dirección, donde había tenido inmovilizada a la Primera Espada por unos segundos. El ataque cubría un área grande, con lo que esperaba haberle realizado al menos algún daño. Luego, utilizé un shumpo y volví a acercarme a donde se encontraba ella, con mi Zampakutoh cargada de Reiatsu en la diestra, lista para seguir el ataque.

Spoiler:

Cerca. Aún sentía la tibieza del ataque emanado por uno de los arrancar. El campo asignado era bastante reducido, lo que a uno le llegaba al otro poco y le afectaba. El mal para el cual vivía, era no más que servir a una desgastada sociedad de almas y a la protección de seres enclenques, que, frente a un misero ataque gritaban pidiendo socorro como ratas asustadas. Tenía bastante que elegir, a los muertos andantes, clasificación que les había asignado por su modesta apariencia, o al "gran" dúo, dos espadas cuya lentitud de reacción rebasaba el buen andar de una babosa, y es que a estas alturas era una de las peleas que menos movimiento tenía, ¿Acaso el resto no se atrevía a cruzar si quiera una mirada?, era irónico, y cobarde por parte de sus compañeros capitanes, dejando a unos simples shinigamis enfrentar a seres de ese cale, mientras que ellos marchaban con los que seguramente serían arrancar de rango menor.

Alzó su ya reluciente zanpakutou y observó su reflejo por breves minutos, pero más que eso, veía el resto de las peleas de una manera discreta e interesada, lástima que los asientos de primera fila estaban ya todos ocupados. Dos de ellas le habían llamado la atención, al menos mucho más que en la que se encontraba. No tardó en volver a lo suyo. Un segundo arrancar. Ambos de reiatsu abrumador pero de ataque simplón, quizá guardaban lo mejor para el final, quizá no, ya se tardaban. Permaneció de pie junto a la fémina de cabello azul, sólo hasta que los caballeros, los que quedaban, venían en ataque a ambas y a un tercero, éste último resultó de lo más patético, huyendo de los ataques y escondiéndose como todo un cobardón frente a algo tan minúsculo.

-.En verdad que son un estorbo-. Gruñó, aunque conservando siempre ese semblante insensible, mirando a los estúpidos exequias que comenzaban a colmarle la paciencia. Camino un poco sin alejarse demasiado de ésas dos. Presente frente a los seres blancuzcos dio una serie de cortes, verticales, diagonales, transversales, horizontales y concluyó con varios de ellos. Ni corta ni perezosa extendió la mano y exclamó-.Sōkatsui-. Una mediana bola azul de energía pura se dirigió a ellos, derribando de inmediato aquél cúmulo que sobraba. Retrocedió. Se encontraba cerca y mirando los ataques de la shinigami, con la que había decidido hacer equipo-. Yo tampoco-. Susurró para sí, después de las palabras de la pelimorada. Pronto vio su oportunidad, puesto que no estaba muy lejos dio un par de pasos rápidos, después del doble ataque de la chica y sin pensarlo nuevamente, avanzó con determinados shumpos hacía la arrancar a la cual le asestó un singular corte con la katana, de abajo hacía arriba en transversal. Retrocedió instintivamente y en guardia se mantuvo, mirando de reojo a sus compañeros.

fue en menos de un segundo que ya tenia al palido arrancar con quien no hace mucjhos dias tubiera una converzacion pacifica con ella, y ahora, estaban sumergidos en la situacion que tanto queria evitar.

ambas espadas estaban unidas por la mitad en un forcejeo continuo, los ojos de Rukia se abrieron ligeramente màs por el ataque repentino, pero luego se tornaron serios, no debia dudar en aquella pelea, le habia dicho que se volveria fuerte y eos hizo, no por el echo de haber compartido palabras de paz trataria de hablar nuevamente, estaban en una guerra una batalla decisiva donde tal vez el arrancar de ojos ambar no dudaria en matarla.

dejo de pensar en aquello, debian de pelear, era su debrer proteger la ciudad, impedir el plan de Aizen. Aun reuniendo sus fuerzxas en sus brazos despego ligramente su mano izquierda estirando su plama hacia el Espada 3

- Byakuray!!! - inmediatamente un rayo blanco cegador fue disparado contra Kojiro, si le habia dado o no, eso almenos le dio oportunidad de separarse de él.

Miro de reojo como les iba a los demàs, los Exequias parecian ir aumentando por un lado, y la Primera Espada hacia frente a la Capitan Gomory, quien le preocupaba era Emily, con el poco entrenamiento que poseía aquella arrancar de cabello morado podria aniquilarla en culquier momento. aun asi regreso su atencion a Kojiro, blandio nuevamente a Shirayuki, preparandio su posicion, no era miuy buena en el combate de espadas, pero habia imporvisado estos ultimos dias - supongo que el destino no quiere ser blando con ninguno de nosotros - uso shumpo para transladarse hasta Kojiro preparando una estocada directa, pero justo cuandpo estaba a meros centimetros con shumpo se translado hacia la derecha ligeramente apartado de él al mismo tiempo que lanzaba otro rayo blanco de su palma desde otro angulo